negociemos, dialoguemos ¡¡¡ no solo indignarse !!

A nuestros representantes sociales…Mal llamados “autoridades”.
Porque reflexionemos que la autoridad no manda, influye y que la autoridad no se debe a la legalidad, si se debe a la legitimidad.
Y la legitimidad está en negociar, porque negociando debemos rechazar la confrontación con rechazo igualmente al fácil atajo de la imposición.
¿O no? , ya que la experiencia nos dice que aquellos con una fuerte motivación al ejercicio del poder sobre los demás, son reacios a entrar en procesos de negociación y si a imponer, lo que probablemente les resta continuamente capacidad para el diálogo y la persuasión.
Que reflexionen pues, nuestros representantes sociales tanto en sus aptitudes como en sus actitudes hacia la solución de los conflictos y no al uso y abuso de la mal llamada autoridad y que no es sino imposición y por lo tanto ilegítima.